La destilería

Un vasto y airoso edificio construido en madera, piedra y vidrio. Se trata de la Distilleria Marzadro, elegante en su arquitectura e inmersa en el verde de los viñedos de la Vallagarina. Un complejo encargado por la misma familia Marzadro a dos importantes arquitectos de Bolzano, Walter Maurmayr y Günther Plaickner, los cuales, gracias a su profesionalidad, han sido sabido conjugar el concepto de "artesanía contemporánea". ¿El resultado? Una imponente estructura perfectamente enclavada en el territorio y con un bajísimo impacto ambiental. Una fórmula de éxito donde incluso el sentido práctico se combina con la importancia del paisaje: un ejemplo destacado es el enorme techo de la destilería recubierto por una auténtica alfombra verde, compuesto por cerca de 60.000 plantas pertenecientes a la familia de los líquenes. Esta solución tiene una doble utilidad: una en el plano estético y ambiental, la otra en el práctico y funcional, ya que la presencia de estas plantas garantiza un perfecto aislamiento térmico y un considerable ahorro energético.
Arquitectura y ecología van de la mano, teniendo en cuenta que la Distilleria Marzadro se encuentra en un lugar favorable a la exposición a la luz solar, propiciada por los ventanales de la fachada, que representan una especie de vínculo entre la naturaleza del exterior y el trabajo del interior. Incluso la imponente cúpula, ojo dirigido al cielo y guardián de la sala de alambiques, está realizada enteramente en vidrio y metal. Aquí, en el interior de la sala, se halla el fascinante mundo de la actividad fabril propia de la destilación, el corazón de Marzadro. El gran edificio se compone por tanto de tres bloques bien equilibrados entre sí, dedicados respectivamente a la producción y almacenamiento, al depósito de los orujos y a oficinas administrativas.

La destilación

De septiembre a diciembre, la Distilleria Marzadro está abierta las 24 horas del día durante un total de 100 días. En estos meses se destilan quintales de orujo fresco provenientes de las mejores vides autóctonas del Trentino. Una cuidada selección que recae en la profesionalidad de Andrea Marzadro, pues a él corresponde la tarea de elegir lo mejor para obtener una destilación perfecta. El orujo llega aún goteando mosto, a fin de conservar íntegros los componentes organolépticos de la vid de origen; además, gracias a sofisticados sistemas de conservación, se preservan todos los aromas típicos de las uvas, valioso tesoro que se transmitirá luego a la Grappa.
La destilación se realiza con el método tradicional trentino del baño María, con alambiques discontinuos construidos artesanalmente en cobre, un material excelente para la conducción del calor. Todo ello en beneficio de los orujos, que no sufren cambios bruscos de temperatura, aportando así lo mejor de sus propiedades. Cada fase de la destilación se controla entonces mediante sofisticados sistemas tecnológicos, para garantizar una correcta elaboración y para obtener una Grappa suave y elegante, limpia y rica en aromas. La Distilleria Marzadro es por tanto un ejemplo de cómo modernidad y tradición se entremezclan en la excelencia y en la superior calidad de sus productos.

Calidad garantizada

Entre las muchas propiedades que atesoran, las Grappas de la Distilleria Marzadro se caracterizan por su delicadeza, elegancia y personalidad, concentrando en el interior de cada botella un abanico de aromas, perfumes y sabores inimitables. Todo esto se resume en una única palabra: ¡excelencia! La alta calidad de los productos de la firma Marzadro tiene un largo recorrido, desde la enorme atención puesta en los orujos, hasta una elaboración cuidada y escrupulosa. Además, la Grappa se somete a los análisis del Istituto Tutela Grappa del Trentino, un organismo de gran competencia que, desde 1968, trabaja activamente para dar garantía de las Grappas así como en su promoción.
Un papel fundamental el de este Istituto, desarrollado en colaboración con el Istituto di San Michele all'Adige y la Cámara de Comercio de Trento, dedicados a la realización de pruebas de laboratorio y análisis organolépticos del destilado, para evaluar su claridad, sus aromas y una sensación suave al gusto. Profesionalidad, vigilancia y continuos controles sellan la alta calidad de las Grappas Marzadro, reconocidas por su valor y vinculación con el territorio por parte de todos los consumidores.